Tuesday 24 March 2015

"EL COLOR DE MALLORCA" - PM-133-2015

Hoy he inscrito mi libro en el Registro. "El Color de Mallorca".


 
 


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Monday 23 March 2015

EL COLOR DE MALLORCA

Un amigo encargó a un ebanista un trabajo para su casa: una librería adosada a la pared, bien rematada con coquetos asientos con los que poder contemplar la calle desde una galería. Para hacer esta tarea, el compañero no escatimó en el presupuesto. Contrató los servicios de un refinado artesano que cortase los anaqueles. A las explicaciones y mediciones de rigor siguió un generoso cálculo de honorarios, que fueron inmediatamente aceptados y parcialmente adelantados por el compañero.
El mueblista solicitó a nuestro hombre si podía preparar el grueso del trabajo en su propio domicilio e instalarlo después en el lugar correspondiente. Razonaba el ebanista que su residencia estaba mucho más equipada en máquinas que la del cliente y, además, se evitarían un buen número de ruidos y residuos molestos. El cliente aceptó encantado en cuanto oyó el razonamiento.
Días más tarde vino la instalación de las repisas. El interesado contempló con afán el montaje de tablas y más tablas. De repente llegó la conclusión.
“Ya está” – le oyó decir al ebanista – “¿Qué le parece?”
Horrorizado, mi amigo contempló un espectáculo mucho más parecido a un nicho que a una vitrina. A los cajones rectos y sin gracia los adornaba una falta total de ajuste a la pared. Ni cristal, ni puerta, ni pestillo. Para coronar la obra maestra, el artesano regaló a nuestro amigo un pequeño marco de color negro con una foto de crisantemos que depositó, justamente, sobre la parte más baja de la biblioteca.
- “El crisantemo es el color de Mallorca” – sentenció el artesano.
Mi amigo, que es muy buen hombre pero algo inseguro, no se atrevió a decirle al maestro lo que pensaba. En su lugar, se pasó por la casa de un tercero, al que llamaremos Mario, para pedirle que se acercara a darle su opinión.
Mario dejó todo a un lado para ir a ver la obra cuanto antes. Resta decir cuál era su verdadera opinión sobre aquél engendro. Pero el buenazo de Mario no quiso apenar a nuestro hombre. Así que se limitó a decirle que le parecía diferente. Algo más reconfortado, el cliente envió al mueblero la transferencia del resto de la deuda.
Por la tarde llegó a casa su mujer. Y, por supuesto, la esposa no escatimó en adjetivos que dejasen clara su opinión sobre la obra maestra.  Indignado, mi amigo corrió a casa de Mario para contarle la reacción de su mujer. Y allí se encontró al ebanista, que acababa de instalar en casa de su amigo una vitrina idéntica a la que él había encargado.
Cuando tengas alguna duda, pregúntale a tu opinión, no a la de tu vecino.







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Monday 16 March 2015

LOS CENTÍMETROS QUE TE FALTAN

Una amiga que conocí en Frankfurt me contó que a los nueve años fue a recoger maíz con los niños de su clase, poco antes de empezar el curso escolar. Para poder trabajar, los niños necesitaban una autorización: un cartón que reconocía su aptitud para ayudar en el campo. Todos hicieron cola delante de la finca y fueron pasando uno a uno. Pero, cuando le llegó el turno a ella, el dueño de la finca la rechazó. Al parecer, era demasiado baja para poder llegar a las plantas.

Se fue a casa llorando a su casa y esa noche no pudo dormir. Pero su intranquilidad le hizo cavilar. Al día siguiente volvió a la hacienda con las botas medio llenas de papeles.

-          El hombre me miró con una cara! Había crecido de un día para otro.

El trabajo, claro, vino después. Y para hacerlo tuvo que quitarse las alzas de papel. “Fue duro. Tenía que doblar el tallo ligeramente, con cuidado de no romperlo”.

Sea como fuere, cobró su dinero.

Yo también he tenido que ponerme hoy los zancos. Hay jornadas que desbordan. Mañana será otro día.






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Thursday 12 March 2015

EL AROMA DE LA VICTORIA

Tengo una amiga que trabaja en régimen de sustitución como profesora de inglés de eso que llaman ahora la E.ducación S.ecundaria O.bligatoria. Cada día me cuenta una historia diferente sobre sus discípulos quinceañeros. Mi amiga, castellana y sencilla como la meseta, no se corta un pelo en propinar golpes de izquierda, como diría un paisano.

Hace dos días, los colegiales decidieron recibirla con el aroma exquisito de la victoria. Para ello adquirieron unas cuantas bombas fétidas en un todo a cien. En cuanto la maestra entró en el aula notó el tufo de la broma pesada.

La castellana decidió dar a los muchachos una lección mucho mejor que las de Thomson & Martinet. Señalando a las ventanas, ordeno que se cerrasen todas inmediatamente y que se bajasen asimismo las persianas. Los alumnos, sorprendidos por la reacción de la docente, comentaban lo mal que olía aquello.

-          Sí – contestó – yo también tengo pituitaria.

La educadora llamó al bedel, a quien pidió que cerrase con llave la puerta de la clase. Dicho y hecho. El ujier cerro la puerta, no sin antes haber permitido a nuestra insigne profesora abandonar la sala de clase. Apoyada en la puerta del aula desde el lado externo, escuchó divertida las náuseas de sus alumnos. Y disfrutó con alegría de un aroma de victoria muy distinto al que habían planeado los estudiantes.

Quince minutos y cientos de carcajadas más tarde, la profesora pidió al bedel que abriese la puerta... y se llevó a los alumnos a una improvisada clase en el patio.

Algo me dice que los chicos no volverán a jugar con las fragancias.

Añado mi foto para el “throw back Thursday”. Madrid, octubre 2000.








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Monday 9 March 2015

ÉSTO YA LO HABÍA VISTO


Hace años tuve una profesora que solía prescindir de lo enredado. En cuanto algo se complicaba, nos remitía a un futuro más o menos próximo: “Isto xa o veremos no capítulo vinte”. Cuando llegaba el momento previsto, nos remitía a su anterior disertación: “Isto xa o viramos no capítulo nove”.

El mundo está lleno de maestros del “ya-lo-vimos”. Tengo un amigo mecánico que trabaja a domicilio y cobra en el momento. Trabajo realizado, trabajo pagado. Desde finales de diciembre pasa los lunes por la tarde en cierta casa adinerada en la que siempre sobran cosas que hacer. Un buen lunes, la secretaria de la familia le comunicó que el administrador había olvidado sacar el dinero de la caja. Fue así como el compañero, por primera vez desde diciembre, volvió a su casa acompañado de la promesa de cobrar a la semana siguiente.

Siete días más tarde el operario llegó a su lugar de trabajo dispuesto a cobrar dos jornales juntos. Fue entonces cuando el administrador le notificó que ese día no cobraría su jornal, ya que la semana anterior “le habían pagado dos tardes de trabajo”. Nuestro amigo precisó que no sólo no había cobrado dos jornales la semana previa sino que, en realidad, no había cobrado nada. Tras un breve, aunque intenso intercambio de palabras, la administración prometió al técnico que recibiría tres jornales juntos a la semana siguiente.

Una semana más tarde la acumulación de tareas forzó al apoderado a solicitar los servicios del trabajador por la mañana y por la tarde. Nuestro amigo se frotó las manos, creyendo que cobraría cuatro jornales juntos. Pero he aquí que, para su sorpresa, al final del día el contable puso en sus manos el jornal tasado de un lunes normal y sin atrasos.

-          ¿Cómo así? – dijo el mecánico – Aquí faltan otros tres jornales.

El contador le explicó entonces que, en realidad, dos semanas atrás le habían pagado ya la diferencia, puesto que ya le habían adelantado la cantidad. De nada le sirvieron sus quejas y lamentos, ya que el contador no tenía acceso al dinero. “Sólo el administrador puede acceder a la caja”.

Disgustado, se puso en contacto con los propietarios de la finca, quienes prometieron pagar a la semana siguiente todos los atrasos. Desgraciadamente, ni protestas, ni lamentos ni amenazas han podido evitar que este lunes recibiese, nuevamente, un jornal huérfano.

Mi amigo ha decidido olvidarse de volver a prestar sus servicios a la familia... y del lugar en el que se encuentran las llaves de su Masserati. “Esa información ya la había dado el lunes por la mañana”.







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