Hoy he tenido mi
primer día en First Mallorca. Por fin algo serio y a tiempo completo. Toda
ilusionada con un trabajo en el que hace falta hablar en otros idiomas y mucho más
variado de lo que es habitual que, además, tendré que desempeñar en Palma. Es
todo un lujo trabajar en la misma ciudad en la que se vive.
El caso es que,
por ser el primer día, tenía que acercarme a la central en Costa d’en Blanes
para firmar el contrato y para recibir formación. Dado que vendí mi coche antes
de irme a Hamburgo, tuve que valerme del autobús. Todo iba bien hasta la firma
del contrato. Fue entonces cuando la compañera que me había dado la documentación
me comentó que la formación la tendria en Port Adriano. Ups.
-
...
Eeeees queee.... Yo no tengo coche.
-
Ah
no? Y, cómo llegaste aquí?
-
...
Pueeees eeeeen... eeen autobús.
-
Y no
tienes carné?
-
Sí,
claro, carné sí.
-
Bueno!
Pues llévate un coche de aquí. Hay varios. Llévate uno verde.
Me dió un
documento en el que firmaba haber recibido el vehículo y me entregó una tarjeta
rectangular de plástico negro. Me quedé mirando la tarjeta con los ojos de un
Paco Martínez Soria recién llegado a la capital. Qué grande es esto.
-
...
Y... La llave? Está dentro del coche?
-
(Con
mirada de interrogación). Nnnnno: la llave es ésto.
-
Aaaaaah!...
Y... Cómo funciona?
-
Muy
sencillo: la metes aquí y le das al botón de “start”.
-
(Con
interrogación interna, intentando que no se notase demasiado). Vale!
Me metí en el
coche, adapté el asiento y los espejos, metí la tarjeta y le dí al botón de “start”.
Y empecé a buscar la marcha atrás. Así no. Así tampoco. Así no, no. Así
tampoco. Finalmente, tragué dos veces y volví a la oficina.
-
Alguien
me puede explicar cómo se mete la marcha atrás en este coche?
Una compañera
salió y me explicó que tenía que llevarla hacia arriba y hacia adelante. Me
encaminé a Port Adriano como niño con zapatos nuevos. Ha sido un día intenso,
como suele ocurrir con los comienzos, con mucha información junta y toda la
motivación posible. Mañana vuelve a haber formación, y así estaremos durante
toda la semana. Así que me han dejado el coche hasta el viernes.
He vuelto a Palma
conduciendo, más contenta que Óscar. Y, al volver, he lavado el coche en un BP.
Ya que han tenido el detalle, vamos a cuidarlo bien.
Y, al aparcarlo,
me he quedado mirándolo. Y hasta le he hecho una foto, que no os enseño, porque
no estoy autorizada para enseñar las fotos de los niños pequeños. Y caminé
hasta casa con la misma sensación con la que bajaba 26 de marzo cuando tenía
catorce: feliz, feliz, feliz.
Copyright Luisa Fernández Baladrón
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